En tiempo frío, es preciso cuidar de no acelerar el motor, pues aparte del peligro de estropearlo, por no haber llegado el aceite a lubricar los cojinetes del cigüeñal, bielas, etc., y de no haber sido salpicadas las paredes de los cilindros, pueden romperse la bomba o su eje de mando, al obligarla a pasar la masa pegajosa en que se convierte el aceite muy frío.
Lo más prudente es dejar el motor en ralentí de dos a cinco minutos, hasta que alcance la temperatura normal de funcionamiento. En los primeros momentos no hay más lubricación que la proporcionada por el aceite estacionado sobre las piezas. De todos modos, es buena precaución, además de lo anterior, no dar caña al motor durante los quince primeros minutos de marcha.
Lo que jamás debe hacerse es dar acelerones, para que se caliente antes el motor. Esto provoca que los pistones rocen, casi en seco, en los cilindros y el cigüeñal y bielas en sus cojinetes. Aunque se tenga la suerte de que no se presente en el acto una avería grave, seguro que se quitan horas de vida al motor, que con este trato pronto necesitará costosas reparaciones.
¿Que es la viscosidad?
Es una medida que se utiliza para conocer la fluidez del aceite cuando es sometido a distintas temperaturas generadas dentro del motor. Y esa fluidez del lubricante es directamente proporcional al aumento de su temperatura de trabajo. Como esa regla suele generar inconvenientes en algunas partes del motor, los distintos fabricantes están intentando, desde hace mucho tiempo, que este proceso se invierta y que los aceites mantengan fluidez constante también en la gama más amplia de temperaturas.